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Ricitos de Oro y los Tres Osos: El Cuento Completo

09/12/2025
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Ricitos de Oro y los tres osos - cuento completo
Ricitos de Oro y los tres osos - cuento completo

Ricitos de Oro y los Tres Osos es uno de los cuentos tradicionales más queridos de la literatura infantil. Esta historia, de origen británico, narra las aventuras de una niña curiosa que entra sin permiso en la casa de una familia de osos y prueba todo lo que encuentra. Con su estructura repetitiva perfecta para los más pequeños y su enseñanza sobre el respeto a la propiedad ajena, este cuento ha entretenido a generaciones de niños desde el siglo XIX.

Cuento de Ricitos de Oro y los Tres Osos

Había una vez tres osos que vivían en una bonita casa en medio del bosque. Estaba Papá Oso, que era muy grande. Estaba Mamá Osa, que era de tamaño mediano. Y estaba el Pequeño Osito, que era chiquitito.

Cada oso tenía su propio tazón para comer la avena del desayuno. Papá Oso tenía un tazón grande. Mamá Osa tenía un tazón mediano. Y el Pequeño Osito tenía un tazón pequeñito.

Cada oso tenía su propia silla para sentarse. Papá Oso tenía una silla grande. Mamá Osa tenía una silla mediana. Y el Pequeño Osito tenía una silla pequeñita.

Y cada oso tenía su propia cama para dormir. Papá Oso tenía una cama grande. Mamá Osa tenía una cama mediana. Y el Pequeño Osito tenía una cama pequeñita.

Una mañana, los tres osos prepararon avena para el desayuno. Pero estaba demasiado caliente para comerla, así que decidieron dar un paseo por el bosque mientras se enfriaba.

Mientras los osos estaban fuera, una niña llamada Ricitos de Oro, por su hermoso cabello dorado y rizado, pasó caminando por el bosque. Era una niña muy curiosa, quizás demasiado curiosa. Cuando vio la casita de los osos, miró por la ventana y luego espió por el ojo de la cerradura. Al ver que no había nadie, levantó el pestillo y entró.

Lo primero que vio fueron los tres tazones de avena sobre la mesa. Como tenía mucha hambre (pues no había desayunado), decidió probarla.

Primero probó la avena del tazón grande de Papá Oso.

—¡Ay! ¡Esta avena está demasiado caliente! —exclamó.

Luego probó la avena del tazón mediano de Mamá Osa.

—¡Uf! ¡Esta avena está demasiado fría! —dijo arrugando la nariz.

Finalmente probó la avena del tazón pequeñito del Pequeño Osito.

—¡Mmm! ¡Esta avena está perfecta! —dijo sonriendo.

Y le gustó tanto que se la comió toda, hasta la última cucharada.

Después de comer, Ricitos de Oro quiso sentarse. Vio las tres sillas junto a la chimenea.

Primero se sentó en la silla grande de Papá Oso.

—¡Esta silla es demasiado dura! —protestó.

Luego se sentó en la silla mediana de Mamá Osa.

—¡Esta silla es demasiado blanda! —se quejó.

Finalmente se sentó en la silla pequeñita del Pequeño Osito.

—¡Esta silla está perfecta! —exclamó feliz.

Pero se sentó con tanta fuerza que… ¡CRAC! La silla se rompió en pedazos y Ricitos de Oro cayó al suelo.

—¡Ay! —gritó, sobándose el trasero.

Ricitos de Oro se levantó y subió las escaleras hacia el dormitorio de los osos. Allí vio las tres camas.

Primero se acostó en la cama grande de Papá Oso.

—¡Esta cama es demasiado dura! —dijo revolviéndose.

Luego se acostó en la cama mediana de Mamá Osa.

—¡Esta cama es demasiado blanda! —murmuró hundiéndose en el colchón.

Finalmente se acostó en la cama pequeñita del Pequeño Osito.

—¡Esta cama está perfecta! —suspiró con alegría.

Y estaba tan cómoda y tan cansada que se quedó profundamente dormida.

Mientras tanto, los tres osos regresaron de su paseo. Tenían mucha hambre y querían desayunar su avena, que ya debía estar en su punto.

Papá Oso miró su tazón y dijo con su voz grave y ronca:

—¡ALGUIEN HA PROBADO MI AVENA!

Mamá Osa miró su tazón y dijo con su voz suave:

—¡Alguien ha probado mi avena!

El Pequeño Osito miró su tazón y dijo con su vocecita aguda:

—¡Alguien ha probado mi avena y se la ha comido toda!

Los tres osos miraron a su alrededor. Algo no estaba bien.

Papá Oso miró su silla y dijo con su voz grave y ronca:

—¡ALGUIEN SE HA SENTADO EN MI SILLA!

Mamá Osa miró su silla y dijo con su voz suave:

—¡Alguien se ha sentado en mi silla!

El Pequeño Osito miró su silla y dijo con su vocecita aguda:

—¡Alguien se ha sentado en mi silla y la ha roto en pedazos!

Los tres osos decidieron buscar por toda la casa. Subieron las escaleras hasta el dormitorio.

Papá Oso miró su cama y dijo con su voz grave y ronca:

—¡ALGUIEN SE HA ACOSTADO EN MI CAMA!

Mamá Osa miró su cama y dijo con su voz suave:

—¡Alguien se ha acostado en mi cama!

El Pequeño Osito miró su cama y dijo con su vocecita aguda:

—¡Alguien se ha acostado en mi cama y todavía está ahí!

Ricitos de Oro se despertó sobresaltada y vio a los tres osos mirándola. Papá Oso parecía muy enfadado. Mamá Osa parecía muy sorprendida. Y el Pequeño Osito parecía muy triste por su silla rota y su avena desaparecida.

Ricitos de Oro pegó un grito de susto. Saltó de la cama, corrió hacia la ventana que estaba abierta, y sin pensarlo dos veces, ¡saltó!

Cayó sobre un arbusto blando del jardín. Se levantó de un salto y corrió tan rápido como pudo hacia el bosque. Corrió y corrió hasta llegar a su casa, y nunca jamás volvió a entrar en una casa que no fuera la suya.

Los tres osos la vieron alejarse desde la ventana. Luego bajaron, recogieron los pedazos de la silla del Pequeño Osito (que Papá Oso arregló esa misma tarde), prepararon más avena para desayunar, y vivieron felices y tranquilos en su casita del bosque.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

— Fin —


Moraleja de Ricitos de Oro

Este cuento tradicional nos enseña varias lecciones importantes:

Respetar la propiedad ajena. Ricitos de Oro entró en una casa sin permiso y usó las cosas de los osos sin preguntarles. Esto no está bien, aunque parezca que no hay nadie.

Pensar en las consecuencias de nuestros actos. La curiosidad de Ricitos de Oro la llevó a una situación de peligro y causó daños (la silla rota, la avena comida) que perjudicaron a otros.

Cada persona tiene sus propias preferencias. Lo que es “demasiado” para uno puede ser “perfecto” para otro. El cuento celebra que cada miembro de la familia oso tiene cosas hechas a su medida.

Asumir responsabilidad. Aunque Ricitos de Oro huyó asustada, la lección implícita es que debemos enfrentar las consecuencias de nuestras acciones en lugar de escapar.


Versión Corta de Ricitos de Oro

Tres osos (Papá, Mamá y el Pequeño Osito) viven en una casa del bosque. Un día salen a pasear mientras se enfría su avena. Llega Ricitos de Oro, una niña curiosa, y entra sin permiso. Prueba la avena de los tres: la de Papá está muy caliente, la de Mamá muy fría, y la del Osito perfecta (se la come toda). Luego prueba las sillas: la de Papá muy dura, la de Mamá muy blanda, la del Osito perfecta (la rompe). Finalmente prueba las camas: la de Papá muy dura, la de Mamá muy blanda, la del Osito perfecta (se queda dormida). Regresan los osos, la descubren, y Ricitos de Oro huye asustada por la ventana.


Datos Curiosos del Cuento

  • Origen: La versión más antigua conocida fue publicada en 1837 por el poeta británico Robert Southey, pero la historia probablemente existía en la tradición oral antes de esa fecha.
  • Cambio de protagonista: En la versión original de Southey, quien entraba en la casa era una anciana malhumorada, no una niña. La transformación a “Ricitos de Oro” ocurrió gradualmente durante el siglo XIX.
  • Los osos también cambiaron: Originalmente eran tres osos solteros del mismo tamaño. La idea de la familia (Papá, Mamá e hijo) fue añadida posteriormente.
  • Nombre en inglés: “Goldilocks” (Ricitos de Oro) combina “gold” (oro) y “locks” (mechones o rizos), describiendo su característico cabello dorado.
  • Estructura de tres: El cuento usa el número tres de forma sistemática (tres osos, tres tazones, tres sillas, tres camas), una técnica narrativa muy efectiva para los niños pequeños.
  • Interpretaciones modernas: Algunos psicólogos ven en el cuento una alegoría sobre encontrar el “punto medio” perfecto (ni mucho ni poco), concepto que en inglés se conoce como “The Goldilocks Principle”.

Preguntas Frecuentes

  1. ¿Quién escribió Ricitos de Oro y los Tres Osos? La primera versión publicada fue escrita por Robert Southey en 1837, aunque la historia probablemente existía antes en la tradición oral. Es considerado un cuento tradicional británico.
  2. ¿Cuál es la moraleja de Ricitos de Oro? El cuento enseña principalmente a respetar la propiedad ajena y a no entrar en lugares sin permiso. También muestra que nuestras acciones tienen consecuencias.
  3. ¿Por qué se llama Ricitos de Oro? Se llama así por su cabello dorado y rizado. En inglés es “Goldilocks”, que significa “mechones de oro”.
  4. ¿Es un cuento apropiado para niños pequeños? Sí, es excelente para niños pequeños (2-5 años). Su estructura repetitiva, el uso de opuestos (grande/pequeño, caliente/frío) y la trama simple lo hacen ideal para los más pequeños.
  5. ¿Qué dice Ricitos de Oro cuando prueba las cosas? Siempre sigue el mismo patrón: “demasiado [caliente/duro/blando]” para los dos primeros, y “¡perfecto!” para el tercero (el del Osito).
  6. ¿Ricitos de Oro es buena o mala? No es exactamente “mala”, sino curiosa e imprudente. El cuento no la presenta como villana, pero muestra que sus acciones estuvieron mal y tuvieron consecuencias.

Cuentos con animales:

  • Los Tres Cerditos
  • El Lobo y los Siete Cabritillos
  • Los Músicos de Bremen

Otros cuentos tradicionales:

  • Caperucita Roja
  • Hansel y Gretel
  • Juan y las Habichuelas Mágicas

Cuentos para los más pequeños:

  • El Patito Feo
  • La Liebre y la Tortuga
Eliana

Eliana

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